En los alrededores de Puertas de Vidiago, por un sendero ascendente, se encuentra un curioso símbolo ancestral.
Es el Ídolo de Peña Tú
Un conjunto neolítico de pinturas y grabados que aparecen reflejados en la peña situada en la finalización de la Sierra Plana de la Borbolla.
Un documento de 1712 sobre la delimitación y deslindes del lugar de Puertas Vidiago, en Llanes, alude como destacada en el paisaje a una roca, crestón de arenisca, llamada indistintamente Piedra-atuna o Piedra-Tú. Dos siglos más tarde era conocido el lugar como Peña-Tú, piedra en la que se hallaba el dibujo al que los lugareños denominan la «Cabeza del gentil». Esta roca destaca al oeste de la sierra de la Borbolla, en un entorno donde se conservan unos cincuenta túmulos.
En su parte inferior posee un pequeño abrigo en el que se ubican las pinturas y grabados, manifestaciones de arte rupestre prehistórico, que consisten las más numerosas en figuritas muy esquemáticas representando seres humanos, uno de ellos con un gran bastón en su mano derecha, además de concentraciones de puntos y algunas figuras más, hoy ininteligibles, entre las cuales parece adivinarse un animal cuadrúpedo. Todas están pintadas en rojo, pero tan decoloradas, que se observan con dificultad. Su estado de conservación es deficiente, debido fundamentalmente a los efectos de la erosión y la falta de civismo de algunos visitantes. Entre estas figuras se pueden distinguir tres tipos de representaciones:
El primero se compone de esquematizaciones pintadas, concretamente series de puntaciones y antropomorfos.
El segundo, pintado y grabado, incluye al ídolo propiamente dicho y un puñal. Esta disparidad estilística y temática no es el reflejo de diferentes cronologías, dado que el conjunto parece corresponder a un mismo momento.
Ya de época moderna, se conserva un tercer grupo formado por cruces grabadas y piqueteadas.El puñal es la representación que mejor permite la contextualización cronológica cultural del conjunto. Se trata de un elemento fechable en el Bronce antiguo, ámbito cultural donde aparece considerado como un atributo de prestigio. Sus paralelos formales se encuentran en modelos del Campaniforme tardío o Epicampaniforme.
El «Ídolo», de 1,10 metros de alto, es la representación muy geometrizada de un ser antropomorfo. Tal vez la idealización de una persona envuelta en un elaborado ropaje, cubierta la cabeza con un amplio tocado rematado por una sucesión de flecos o penacho. El dibujo general es sumamente abstracto, de cuerpo esteliforme y ropaje y tocado señalados mediante una combinación sumaria de rectas, trazos cortos y algún zigzag. De la anatomía sólo se notan dos circulitos y un trazo vertical: los ojos y la nariz de un rostro enigmático; mientras que, en el extremo inferior varias líneas cortas( los dedos) apuntan la presencia del pie izquierdo, desnudo. La fuerza gráfica del dibujo se desprende no sólo de la relativa buena conservación de la pintura roja, si no, básicamente, del grabado de trazo profundo y ancho con que fue ejecutada buena parte de la figura. En todo caso denota la expresión simbólica y masculina de poder. Inmediatamente a la izquierda del personaje otro motivo, también grabado y con algún elemento de color, representa un arma: razonablemente la espada alusiva a la masculinidad del individuo y a su dignidad de guerrero o de jefe.
Las características iconográficas del «ídolo» parecen constituir un antecedente de los «Guijarros-Estela«con representación antropomórfica de Extremadura y Portugal, insculturas con un claro sentido funerario, y la estela leonesa de Tabuyo del Monte.
La presencia de estos dos motivos, junto con las características de su ubicación ( en un destacado abrigo rocoso ubicado en un entorno consagrado en época megalítica como área funeraria ), son los factores que permiten relacionar el conjunto rupestre de Peña Tú con la presencia del enterramiento de alguna persona de relieve.
Los paralelos anotados abarcan una cronología comprendida entre el 1700 y el 1400 a.de.C, en el período prehistórico conocido como Bronce Antiguo.
El extraño ídolo dio pie a numerosas leyendas populares en Asturias. Una de las más llamativas versa sobre undruida. Este personaje, sabio en asuntos del cuerpo y del alma, iba paseando un día por el bosque en busca de plantas curativas y descubrió la curiosa roca. Pensó que era una señal divina, procedente de la Diosa Blanca a la que el pueblo veneraba, y en homenaje a ella, encomendaron al artista de la tribu su decoración.
Con el transcurrir incesante del tiempo, aquel ídolo, tótem, divinidad de lo humano, pasó a convertirse para nosotros en Monumento Nacional, sujeto a preservación y conservación por la Administración, una Administración que en aquellos remotos tiempos donde la sociedad era aparentemente más sencilla, estaba representada por el personaje druídico que velaba por su tribu.
Fuente- Rutas con Hstoria
En su parte inferior posee un pequeño abrigo en el que se ubican las pinturas y grabados, manifestaciones de arte rupestre prehistórico, que consisten las más numerosas en figuritas muy esquemáticas representando seres humanos, uno de ellos con un gran bastón en su mano derecha, además de concentraciones de puntos y algunas figuras más, hoy ininteligibles, entre las cuales parece adivinarse un animal cuadrúpedo. Todas están pintadas en rojo, pero tan decoloradas, que se observan con dificultad. Su estado de conservación es deficiente, debido fundamentalmente a los efectos de la erosión y la falta de civismo de algunos visitantes. Entre estas figuras se pueden distinguir tres tipos de representaciones:
El primero se compone de esquematizaciones pintadas, concretamente series de puntaciones y antropomorfos.
El segundo, pintado y grabado, incluye al ídolo propiamente dicho y un puñal. Esta disparidad estilística y temática no es el reflejo de diferentes cronologías, dado que el conjunto parece corresponder a un mismo momento.
Ya de época moderna, se conserva un tercer grupo formado por cruces grabadas y piqueteadas.El puñal es la representación que mejor permite la contextualización cronológica cultural del conjunto. Se trata de un elemento fechable en el Bronce antiguo, ámbito cultural donde aparece considerado como un atributo de prestigio. Sus paralelos formales se encuentran en modelos del Campaniforme tardío o Epicampaniforme.
El «Ídolo», de 1,10 metros de alto, es la representación muy geometrizada de un ser antropomorfo. Tal vez la idealización de una persona envuelta en un elaborado ropaje, cubierta la cabeza con un amplio tocado rematado por una sucesión de flecos o penacho. El dibujo general es sumamente abstracto, de cuerpo esteliforme y ropaje y tocado señalados mediante una combinación sumaria de rectas, trazos cortos y algún zigzag. De la anatomía sólo se notan dos circulitos y un trazo vertical: los ojos y la nariz de un rostro enigmático; mientras que, en el extremo inferior varias líneas cortas( los dedos) apuntan la presencia del pie izquierdo, desnudo. La fuerza gráfica del dibujo se desprende no sólo de la relativa buena conservación de la pintura roja, si no, básicamente, del grabado de trazo profundo y ancho con que fue ejecutada buena parte de la figura. En todo caso denota la expresión simbólica y masculina de poder. Inmediatamente a la izquierda del personaje otro motivo, también grabado y con algún elemento de color, representa un arma: razonablemente la espada alusiva a la masculinidad del individuo y a su dignidad de guerrero o de jefe.
Las características iconográficas del «ídolo» parecen constituir un antecedente de los «Guijarros-Estela«con representación antropomórfica de Extremadura y Portugal, insculturas con un claro sentido funerario, y la estela leonesa de Tabuyo del Monte.
La presencia de estos dos motivos, junto con las características de su ubicación ( en un destacado abrigo rocoso ubicado en un entorno consagrado en época megalítica como área funeraria ), son los factores que permiten relacionar el conjunto rupestre de Peña Tú con la presencia del enterramiento de alguna persona de relieve.
Los paralelos anotados abarcan una cronología comprendida entre el 1700 y el 1400 a.de.C, en el período prehistórico conocido como Bronce Antiguo.
El extraño ídolo dio pie a numerosas leyendas populares en Asturias. Una de las más llamativas versa sobre undruida. Este personaje, sabio en asuntos del cuerpo y del alma, iba paseando un día por el bosque en busca de plantas curativas y descubrió la curiosa roca. Pensó que era una señal divina, procedente de la Diosa Blanca a la que el pueblo veneraba, y en homenaje a ella, encomendaron al artista de la tribu su decoración.
Con el transcurrir incesante del tiempo, aquel ídolo, tótem, divinidad de lo humano, pasó a convertirse para nosotros en Monumento Nacional, sujeto a preservación y conservación por la Administración, una Administración que en aquellos remotos tiempos donde la sociedad era aparentemente más sencilla, estaba representada por el personaje druídico que velaba por su tribu.
Fuente- Rutas con Hstoria
Aula didáctica
Hoy en día existe un aula de interpretación del monumento al inicio del sendero que nos lleva a la cima en dónde se encuentra la roca.
Actualmente permanece cerrada excepto grupos. Para visitarla hay que contactar con la oficina de turismo de Llanes.